Hay dinero para la Semana Santa pero no para el Festival Zaidín Rock

Después de tres décadas de festival, el Zaidín Rock no celebrará su XXXII edición. Mucho tienen que cambiar las cosas para que esta información no sea tristemente cierta. Hace ya varios años que el Ayuntamiento de Granada amenazaba la celebración de este festival, pero finalmente parece que ha sido la crisis económica y las deudas del consistorio granadino la que terminarán por echar el cierre a esta celebración musical gratuita de gran prestigio a nivel nacional.

Vicente Aguilera, concejal de Participación Ciudadana informó a la asociación de vecinos Zaidín-Vergeles que este año el Ayuntamiento granadino no sufragará los 350.000 euros que suponen gastos de limpieza, alumbrado o Policía Local. Un gasto que los organizadores del festival difícilmente podrán asumir, puesto que ya solo allanar el terreno donde se realizan los conciertos supusieron un gasto de 7000 euros. El festival es gratuito (lo cual ya ha generado disputas anteriores con la SGAE y otras entidades), por lo que los beneficios del evento están muy reducidos. De hecho, el Ayuntamiento de Granada aún debe parte de las ayudas que el año pasado le concedieron a los organizadores “La cuantía total que nos debe asciende a 34.000 euros que, a su vez, nosotros no hemos podido pagar a nuestros proveedores”, subrayó Antonio Ruiz, presidente de la asociación de vecinos Zaidín Vergeles.

Poco importa el prestigio del festival, o la importancia de un evento musical gratuito que no solo traía a grandes músicos a la capital granadina (teniendo siempre un éxito insuperable de asistencia), sino que daba la oportunidad a bandas emergentes de Granada de enfrentarse a un público mayoritario en un escenario de grandes dimensiones y con un sonido inmejorable. Este año, desgraciadamente, observaremos cómo termina por apagarse la última llama de una gran celebración cultural gratuita, que se enmarcaba dentro de los festejos populares del barrio del Zaidín.

Así que este año el Ayuntamiento no tiene problemas económicos para organizar una Semana Santa por todo lo alto, con toda la infraestructura policial y de limpieza necesaria para el festejo religioso de un puñado de asociaciones religiosas, pero no tiene dinero para apoyar un festejo cultural que hacía sonar el nombre de Granada en los tímpanos de todos los aficionados a la música en el territorio nacional.¿Por qué? Pues porque parece que las procesiones de Semana Santa son un bien popular para todos los granadinos pero la música no, a pesar del enorme prestigio que le regalaba a la ciudad este festival gratuito. Al igual que otros festivales "made in Granada" (véase como ejemplo el Espárrago Rock), los granadinos nos vemos obligados a despedirnos una vez de la oportunidad de disfrutar de todos los eventos culturales que harían de esta ciudad una capital de la cultura y no un pequeño poblado de religiosos cerrados e incultos.

¿Qué podemos hacer los aficionados a la música? No callarnos, ensordecer al Ayuntamiento y los concejales exigiéndoles que apoyen otras formas de cultura y no solo la religiosa con sus cristos y sus vírgenes de madera. Esta semana también vamos a estar de luto; en este caso por la muerte de un festival que no va a llegar a los 32 años, antiguo pero joven, y que suponá la ilusión de músicos y aficionados de esta capital que cada vez más se parece a una sacristía que huele a muerto.

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