Tres años llevábamos sin poder disfrutar nuevas canciones de la precoz y talentosa Norah Jones. Tres años desde The fall, en la que la tejana nos volvía a inundar de su paz y melancolía con sus combinaciones maestras de acordes sencillos, voz dulce y triste y letras con gran carga de humor y pena. Tres años en los que la señorita Jones ha buscado en su interior y ha compuesto un nuevo puñado de canciones con más calma que en anteriores álbumes (es su quinto disco) y marcada por una ruptura sentimental. Cuando los periodistas le preguntan quién demonios es el malvado que rompe esos pobres corazones a los que se refiere el título del disco, dice con una sonrisa: “Ya estoy bien, son cosas de la vida”. Y frena en seco. Norah parece ser una persona bastante discreta y con grandes dosis de timidez que se vuelca emocionalmente en sus canciones y prefiere no contaminarlas de anécdotas de prensa rosa. Y hace bien.
A los fanáticos de Norah Jones nos basta con que la chica tímida de Texas (que grabó su primer disco con veintipocos años y pasó de ser camarera a ganar 8 grammys) vuelva a visitar nuestra casa con su puñado de canciones y la sinceridad de su voz. Tres años desde su último disco y solo diez desde su primer álbum (el disco más vendido de la década). La señorita Jones vuelve a llamar a nuestra puerta (esperemos que se traiga el piano con ella).
Os dejamos con uno de los singles de este (esperado) nuevo disco.
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